Corte y peinado: nada que ver con el tipo de

No soltaba un novio hasta que tenía otro preparado, y luego terminaba casi siempre volviendo con el primero. Era como los monos, que van saltando de rama en rama, y no sueltan una hasta que saben cuál es la próxima de la que van a colgarse. Así actuaba yo. Y lo que es peor, encima alardeaba de ello.