La persona sumisa lo es en un juego

Y si eso funciona con planetas y naves espaciales, ¿por qué razón no con las personas y las flechas de Eros? Si lo pensamos, cada persona es un mundo (planeta). Y el amor es esa semilla que procura colarse en ese mundo ajeno y ignoto, para germinar dentro y de este modo conquistarlo.

veintitrés: ¿sabes?

Cada beso es un sueño y cada uno de ellos de tus miradas es el cielo por el camino sin fin. Qué alegría tengo cuando amanezco pensando en que te voy a ver. Qué alegría tengo cuando anochece, esperando despertar para volver a ver tu alegría. Tú eres alegría.